lunes, 23 de noviembre de 2009

Revolutionary Road

Está ambientada en los 50`s y muestran como la vida de una pareja que todos consideraban perfecta acaba siendo un verdadero drama. Él no disfrutaba su trabajo y se había convertido en lo que no quería ser profesionalmente... en su padre.Ella no se "arrepentía" de no haber seguido su carrera como artista y se sentía frustrada como ama de casa.

Ella comienza a centrar la frustración de su vida en el embarazo imprevisto de su primer hijo, considerando que este evento los "obligó" a cambiar sus planes y a renunciar a sueños. Asimismo, quiere que su marido encuentre su pasión, su sentido de vida. Por eso, propone dejar todo e irse a París donde ella trabajará para mantenerlos, mientras él busca su sueño. De pronto ella se queda embarazada imprevistamente y ve que los planes para irse a París se truncan, por lo que decide abortar.

En lo personal al terminar de verla deja... como con mal rollo y surgen miles de preguntas:

¿Ella realmente quería que él se encontraa o era un plan en el que ella quería encontrarse? ¿Verdaderamente le odiaba o se odiaba a sí misma y no sabía qué hacer con su vida? ¿Él realmente era tan malo como ella lo hacía ver?

¿Si hubieran seguido con su plan "alocado" de dejar todo e irse a París hubieran sido felices? ¿Era un plan realista o inmaduro e irresponsable? ¿Era verdaderamente factible siendo inmigrante común y corriente encontrar trabajo en un país al otro lado del charco? ¿Seis meses eran suficientes para que él encontrara lo que le gustaría hacer? ¿La única opción era París?

¿Se podría haber evitado el distanciamiento entre ellos, entre otros, con una mejor comunicación?... porque de una u otra forma podría reflejar el devenir de la vida matrimonial de cualquiera...


En fin, todos queremos ser felices y siempre se puede encontrar algo para no serlo, algo que falta. Entonces, al conseguir "ese algo tan deseado"se descubre que algo más falta para ser más felices... Es la historia sin fin...

Algunos logran salirse de este círculo vicioso y disfrutar lo que tienen en cada momento, viviendo "hakuna-matata", sin preocupaciones, compromisos ni responsabilidades; pero también hay quienes lo hacen de manera responsable y proactivamente, no son conformistas y luchan por sus sueños con realismo, aprovechando y dando gracias por lo que sí tienen.

De cualquier forma, es cierto que hay etapas complicadas que parecen no acabar, en las que uno sacrifica sus sueños, sus expectativas, a pesar de luchar sin descanso. Incluso se llega a la tentación de abandonarse, pero en esos momentos hay que valorar todo lo que sí se tiene, lo que sí se ha logrado y recordar que siempre en la obscuridad más profunda se abren puertas inesperadamente.

Se puede llorar, enojarse, reclamar...pero no se debe caer en la desesperanza. La esperanza no debe morir...

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