domingo, 21 de agosto de 2011

Cuando la sencillez te arranca una lágrima


La historia es la siguiente: una señora muy pobre cuyo marido la abandonó por otra mujer hace tres años, dejándola a cargo de sus dos dos hijos uno 16 y una chica de 18.

Para no hacer el cuento largo, entra a trabajar a una casa en la que justo habían hecho limpieza de armarios por lo que le dice la señora: "Si quieres te regalo todas estas cosas para que las vendas y le saques dinero". La respuesta de la mujer: "Sí señora, yo le traigo su dinerito la siguiente semana".

Obviamente deja a cuadros a todas las personas que escucharon la frase y si no arrancó lágrimas líquidas, si las del corazón que saben reconocer la grandeza de un alma sencilla y buena.

¡Cuánto hay que aprender de la gente pobre!

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