Un año nuevo
Un día, un minuto, un segundo… ¡¿Estás y no estás?!
Como dicta la costumbre anual y en general, si no perteneces a ese grupo de personitas y personotas privilegiadas con vacaciones escolares, después de las uvas y el descanso del 1 de enero toca regresar a la realidad de levantar el país pronto…muy pronto, esto es el 2 de enero.
Es increíble cómo te desacostumbras tan rápido a algunas cosas, por ejemplo: sólo se descansa un día, pero al reanudar las actividades normales resulta intolerable percibir otra vez ese sonido agudo y constante de la alarma que nos anuncia el primer gran reto de libertad del día: despertarnos…
En realidad despertarte y levantarte de la cama, implica sufrir un enfriamiento repentino al tener que abandonar el huequito calientito y cómodo que conseguiste crear después de horas y horas, para luego entrar en shock por ventilación total causado por el proceso requerido para poder acceder a algo de calorcito en
Luego cada a cumplir con sus obligaciones, si es que no surge algún imprevisto…. Como el ir bajando de los trenes hacia la oficina, en una esquina ver 2 ambulancias y 2 coches de policías. En el suelo de una de las esquinas rodeada de varios paramédicos de rodillas.
Es impresionante, sentirte dentro de un capítulo de House, pero con la impotencia de que no eres él ni ninguno de sus ayudantes, o sea que no eres de utilidad en
Observas la escena sin detenerte y parece que el tiempo está en pausa, todos en la calle, ventanas, bares y tiendas están mirando sin mover ni un párpado hacia donde se encuentra la persona tendida en
Sin embargo, esa persona…
¿Quién sería? ¿Qué edad tendría? ¿A qué se dedicaría? ¿A dónde se dirigía?
¿Qué le pasó? ¿Conseguirían que siguiera viviendo?
¿Habrá ya hecho algo de su vida que realmente valga la pena y deje huella?
¿O tendría todavía muchas costuritas pendientes?
¿Quiénes la echarían de menos si faltara?
Es curioso, a penas empieza el año y mientras unos son famosos por conseguir ser los tan esperados primeros bebés en nacer, otros entran directamente y sin esperarlo en las estadísticas de los primeros en morir.
Pero bueno qué se le puede hacer, así es la vida, lo que queda claro es que definitivamente si él/ella murió ahí en ese mismo instante, ya no tendrá que pasar más por el suplicio de levantarse cada día.
¿Cómo se habrá acostado? ¿Con tristeza, enojo, preocupación o felicidad?
¿Cómo habrá sido su despertar esa mañana?
No se sabrá.
Pero la vida sigue, sigue igual… Bueno a lo mucho puedes tener más presente, al menos por unos días o unas horas, que hoy estás, mañana...
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